De cerca: Eiji Kawashima.

- Parece interminable la carrera profesional de este guardameta al que podríamos considerar como el Gianluigi Buffon japonés, un hombre que lleva disputadas tres Copas del Mundo y en todas ellas ha tenido absoluto protagonismo bajo palos.
Eiji Kawashima (川島 永 嗣) es eterno, uno de los mejores arqueros que han defendido los intereses de la selección japonesa en toda su historia que se acerca a los jugadores que más veces se han calzado la elástica nipona, con 91 partidos.

Ha jugado al fútbol en países como Bélgica, Escocia o Francia. Por eso su nombre ha alcanzado gran popularidad dentro y fuera de su país. Hoy en día se halla en las filas del Estrasburgo como suplente del belga Matz Sels.

- Quizás su larga carrera esté llegando a su final, aunque parece que su forma física no le abandona. Eiji nació el 20 de marzo de 1983 en Yono, Saitama (Japón). A sus 36 años, puede presumir de un currículo que muchos orientales no pueden reconocer.
Admirador del retirado guardameta argentino Sergio Goycochea, comenzó a tomarse muy a pecho lo de ser portero, inspirado por viejos vídeos y otros artículos referentes al arquero de la albiceleste. Fue así como en su etapa escolar quiso emular las grandes paradas de Goycochea, entrenando para la escuela de Yononishi, la que presumiblemente fuera testigo de sus primeras acciones bajo palos.
También compitió para la Escuela secundaria de Urawa Higashi, antes de que en el nuevo milenio entrase a formar parte de su primer club profesional, el Omiya Ardija. Allí concluiría su formación, demostrando esa gran habilidad de detener balones que tan buen futuro le aguardó. En poco tiempo, este "Samurai de la portería" conseguiría jugar sus primeros partidos como profesional del balompié, haciendo su debut para la escuadra de Saitama un 6 de abril de 2002, cuando ésta concursaba en la segunda categoría del fútbol nipón.

Pronto asumiría sus primeros partidos como internacional, tanto con las categorías menores como con el equipo absoluto de Japón. En 2004 se incorporaría al Nagoya Grampus, equipo con el que conocería la Japan League a causa de la lesión de su compañero Narazaki.

El punto de inflexión en su carrera llegó cuando fichó por el Kawasaki Frontale, justo cuando ya había participado en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. A partir de entonces, nadie discutiría que Kawashima era uno de los mejores porteros del país, ayudando a su selección a coronarse campeona de la Copa asiática en 2011.
Para el conjunto de Kanagawa jugaría tres años, precisamente cuando el arquero ya había decidido experimentar su salida al fútbol extranjero. Consciente de varias ofertas de otros equipos, Eiji viajaría a Bélgica para fichar por el Lierse.

Tras sus primeros pasos por la Jupiler League con el Lierse, Kawashima ficharía por un grande de Bélgica, el Standard de Lieja, donde estuvo tres temporadas y participó en casi setenta partidos de Liga dejando muy buenas sensaciones.

Llegaría el momento de probar retos diferentes, viajando hasta el norte de Europa para incorporarse al histórico Dundee United. En esta entidad solamente permanecería una temporada, ya que sus buenos informes harían que muchos clubes tratasen de hacerse con los servicios con el ya veterano cancerbero internacional.

Kawashima daría un salto importante en su carrera al fichar en 2016 por el Metz, equipo con el que conocería la liga francesa el 18 de abril de 2017 a las órdenes de Philippe Hinschberger. Fue en un encuentro frente al París Saint Germain, en el que no pudo evitar los tres goles que darían la victoria a los parisinos (2-3).
En su primera campaña en territorio francés jugaría cuatro partidos más, ganando mayor protagonismo en un mal año para los intereses del Metz, que acabaría perdiendo la categoría al final del curso 2017\18.

Eiji Kawashima se acerca al centenar de partidos internacionales con la selección japonesa. 

- Ahí no se acabaría su aventura en la Ligue-1, ya que posteriormente fichó por el Estrasburgo, equipo al que pertenece actualmente y en el que figura como portero suplente por detrás del belga Matz Sels.

Con la selección japonesa fue campeón de la Copa de Asia en 2011, habiendo debutado para el equipo absoluto en 2008, poco antes de afrontar su primera Copa del Mundo, la de Sudáfrica 2010. Eiji Kawashima también participó en los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018. En total, el meta de Yono lleva 91 partidos con Japón.

¿Te acuerdas de Toshihiro Hattori?

- Como ya sabemos, el Mundial de Corea-Japón fue el escenario ideal para que muchos jugadores orientales se diesen a conocer para el resto del mundo. Algunos contaron con ofertas de potentes ligas europeas, mientras que otros siguieron en su país hasta cesar en su actividad deportiva.
Eso mismo le pasó a Toshihiro Hattori (服 部 年 宏), un defensor que acudió a dos citas mundialistas y desarrolló toda su carrera en Japón. Defendió los intereses de clubes como el Júbilo Iwata, Tokyo Verdy y Gainare Tottori entre otros.

Nació el 23 de septiembre de 1973 en Shizuoka (Japón), pero su carrera como futbolista se inició en la región de Tōkai, donde también cursó sus estudios en la escuela secundaria de la universidad de Tokai Daiichi. Allí jugaría para el equipo local.

En los inicios de los noventa, y ya en época universitaria, Hattori comenzó a destacar en el equipo de la facultad, lo que pronto le daría opciones a debutar como profesional antes de incorporarse al Júbilo Iwata en 1994.
Fueron los años clave de su carrera. Toshihiro se daría a conocer por su participación en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. Disputó todos los partidos del torneo, en el que la joven selección nipona derrotó a toda una Brasil de Rivaldo, Savio, Aldair, Juninho y un jovencísimo Ronaldo Nazarío. Los brasileños sucumbieron por 0-1.

Tras aquel denominado "Milagro de Miami" (マ イ ア ミ の 奇跡) a Hattori ya se le empezaba ver como uno de los mejores zagueros orientales. Era un carrilero zurdo capaz de actuar tanto en ataque como en defensa, aunque también se movía bien en el eje central de retaguardia.

Ya había conocido la liga japonesa en 1994, gracias a sus primeros pasos con el Júbilo Iwata, donde el zaguero alcanzó una gran fama desde temprana edad. Demostró ser un gran comodín para el equipo, pues durante sus primeros años compitió en casi cualquier lado de la cancha.
Toshihiro consiguió hacerse un buen nombre en la historia de la entidad de Shizuoka, uno de los futbolistas más utilizados y de mayor prestigio deportivo. En sus 350 apariciones, el defensor marcaría un total de 19 goles.

No se marcharía de Iwata sin lograr sus primeros títulos colectivos. Además de tres ligas japonesas, el joven internacional se haría con las ediciones de la Copa, Supercopa y el ejemplar del Emperador. Pero el título más importante fue el obtenido en 1999, cuando el Júbilo conquistó la Champions League Asiática.

Se cree que Hattori contó con buenas ofertas del extranjero, pero él prefirió seguir con su extensa carrera en su Japón natal. En 2006, y tras más de una década representando al club de su prefectura, Toshihiro ficharía por el Tokyo Verdy.
Con la escuadra capitalina superaría el centenar de partidos, en cambio, dejaría de sumar títulos a su currículo personal y colectivo. En Tokio pasaría dos temporadas, para después unirse a un nuevo club de la J-League, el Gainare Tottori.

Con casi cuarenta años de edad, a Hattori parecían no pesarle los años. Rindió a muy buen nivel con el conjunto de Tottori, con el que además llegó a marcar tres tantos. Después de aquella campaña, el zaguero internacional se marcharía al F.C. Gifu, con el que dio por concluida su carrera en 2013.

Hattori acudió a dos Mundiales con Japón, aunque solamente participaría en el de Corea-Japón 2002.

- Además de su sorprendente papel con la selección olímpica, Toshihiro Hattori tuvo una magnífica trayectoria internacional con el equipo absoluto, para el que ya debutó el 11 de septiembre de 1996, en un partido frente al combinado de Uzbekistán. En total, Hattori disputó 44 partidos e hizo un par de goles para Japón.

Entre otros eventos, acudió a dos Copas del Mundo con la selección japonesa: el Mundial de Francia 98 y el de Corea-Japón 2002. En el primero no disputó un solo minuto, mientras que en el segundo llegó a intervenir en un encuentro frente a Rusia.