viernes, 9 de febrero de 2018

¿Te acuerdas de Bum-Kun Cha?



- Posiblemente sea el mejor futbolista coreano de todos los tiempos, y eso que en los últimos años nos hemos ido conociendo otras perlas como su propio hijo Du-Ri Cha, Chu-Young Park o Joo-Sung Kim, aquel sensacional delantero al que apodaron "Caballo Loco".
Bum-Kun Cha (차범근) precede a estas generaciones que también saborearon las dulces mieles de la alta competición. Algunos éramos muy pequeños cuando este sensacional atacante iba honrando a su país en una de las competiciones más exigentes del planeta, la Bundesliga.

Jugó en equipos alemanes tan prestigiosos como el Eintracht de Frankfurt o el Bayer Leverkusen, con los que conquistó títulos europeos en diferentes etapas de su vida deportiva. Alguna vez vi documentales y otras reproducciones sobre él, y os aseguro que su fútbol era algo impresionante, muy fuera de lo común en territorio asiático.

Maradona y Cha pujan por un balón.
- Marcó una época durante la década de los ochenta y muchos aseguran que fue uno de los mejores futbolistas de aquella época en la que el fútbol era más humilde que hoy en día. Cha era para Corea del Sur como Maradona para Argentina, Cruyff para Holanda o Pelé para Brasil, es decir, un auténtico fuera de serie.
Nació en la ciudad de Hwaseong, en la provincia surcoreana de Gyeonggi, el 22 de mayo de 1953. Su fama empezaría a crecer desde muy joven, cuando jugaba para el Kyungshin High School F.C., antes de su etapa universitaria. Allí fue descubierto como un talento del fútbol coreano que en poco tiempo se perfilaría como jugador internacional.
Su explosiva velocidad, esas rápidas y habilidosas fintas y su tremenda facilidad para hacer goles le convirtieron en un jugador de lujo que poco tiempo duraría en su país. Además de cumplir con funciones de delantero, Bum-Kun podía jugar pegado a la banda derecha como extremo, pero por inercia siempre acababa buscando la portería rival, ya que era un jugador cien por cien de ataque. Sus potentes disparos y el oportunismo hacían de él un peligrosísimo ariete que nunca tiraba la toalla en la lucha por el esférico.

Durante su ciclo universitario jugó para la Universidad de Corea (고려), en la que estuvo tres años. Posteriormente llegaría el momento de dar el salto profesional, y para ello se incorporó a la disciplina del Seoul Trust Bank, con el que debutó en la alta competición allá por 1976, poco antes de que tuviera que cumplir con el Servicio Militar en las Fuerzas Aéreas de Corea del Sur.

Con los deberes ya hechos, el joven Bum-Kun se mantuvo en forma compitiendo para el equipo militar. Tras su temprano debut internacional con la selección absoluta, todos sabían que el jugador acabaría fichando por algún equipo de mayor fama, algo que no tardaría en hacerse realidad una vez abandonado el ejército.
En sus apariciones internacionales atrajo la atención de Friedel Rausch, quien por entonces se hallaba entrenando al Eintracht de Frankfurt y se hizo con sus servicios después de conocer la Bundesliga con el SV Darmstadt 98, equipo al que llegó en 1978.

Cha fichó por el Eintracht un año después de haber debutado en la competición germana. El atacante había sorprendido en sus primeras apariciones y eso le sirvió para hacerse rápidamente con un hueco en el once.

En poco tiempo se ganó la admiración de muchos. Bum-Kun Cha pasó a denominarse Tscha Bum (Cha Boom), un juego de palabras con su nombre y esa explosividad con la que sorprendió en Alemania. El apodo salió por primera vez en una revista alemana llamada "Kicker" , que también nombró a Cha como uno de los mejores futbolistas de los años ochenta.
Y es que el surcoreano fue uno de los mejores delanteros de la competición, anotando un total de 46 goles en sus 122 apariciones con la escuadra de Frankfurt. Además, en 1980 ayudó en la conquista de la Copa de la UEFA y la DFB-Pokal.

Pero su historia no acaba ahí, pues el delantero se incorporó al Bayer Leverkusen, ese equipo contra el que se lesionó de la rodilla y casi le obliga a dejar el fútbol. Aquella lesión había provocado enfrentamientos y disturbios, además de un lógico revuelo en la prensa.

La llamada "Bomba Coreana" siguió jugando al fútbol, y lo hizo para hacerse con su segundo título de Copa de la UEFA en 1988, aunque esta vez con el Leverkusen. En este club militó hasta finales de la década y regresó a su país como un héroe, como en su día había prometido.
Cha pasó a los banquillos para dirigir a varios clubes, incluso a la propia selección nacional en 1997. Amante de la familia, religión y el fútbol, el legendario delantero ofreció su legado a otro gran jugador, su hijo Du-Ri Cha, de quien os hablaré más adelante.

Además de ser el máximo goleador, Cha es el jugador que más veces jugó para Corea del Sur.

- Muchas generaciones quieren seguir los pasos de Bum-Kun Cha, quien aún tiene el récord de máximo goleador con la selección de Corea del Sur con 59 goles, además de figurar como el que más veces ha jugado internacionalmente con 138 partidos.

Cha ha batido todos los récords desde que debutó con el equipo nacional absoluto. Y es que también fue el jugador más joven en estrenarse con Corea del Sur, allá por 1972, en su etapa como universitario. Participó en la Copa del Mundo de México 1986 y dejó detalles de crack en un torneo en el que jugaron otras leyendas del fútbol como Careca, Igor Belánov, Butragueño, Rudi Völler o el ya citado Diego Armando Maradona. Cha fue una leyenda más durante aquella cita universal.


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